martes, 10 de julio de 2012

Retales de un amor.

Y como siempre, cuando menos te lo esperas, llegan un montón de recuerdos. Imágenes con gran nitidez que te hacen sentir lo que ya sentiste y que solo por un segundo logran devolverte la sonrisa. Y tras esa sonrisa, un millón de pensamientos que te recuerdan que esas sonrisas no volverán a ser provocadas, por lo menos no por él. Y es ahí cuando la tristeza te invade, una tristeza ambigua que va siempre contigo porque todavía no has logrado entender o no quieres entender que es lo que pasó, qué hiciste para que todo terminase aunque desde ese día disten ya miles de horas. Pero somos humanos, para lo bueno y para lo malo, tanto sentimos como recordamos, tanto sonreímos como lloramos, no hay más.