jueves, 28 de marzo de 2013

Cuestión de prioridades.

Aparecerás de repente, con cualquier frase que empieza o termine por "cari" o por "amor". Y yo como una idiota diré que no pasa nada. Y sí que pasa, claro que pasa. Pasa que en una semana nuestras vidas han cambiado. Y no molestan los cambios, lo que duele es que escuché "esto siempre será así" y ni una semana hemos durado con las cosas como siempre. ¿Qué pasa? Yo ya sé que hay prioridades, que ella te tira, pero... te lo advertí y preferiste vendarme los ojos y endulzar mis oídos con palabras bonitas que se convertían en mariposas en total esplendor en mi cabeza. Y cuando me tapé los oídos, me agarraste fuerte las manos, tus labios rozaron mi oído y susurraron lo más dulce, palabras sinceras, palabras de compra-venta.
¿Sabes? Hoy dijiste que querías mandarlo todo a la mierda, que estabas harto, agobiado de todo y de todos. Pues bien, creo que nos hemos cambiado los papeles. Creo que si fuese capaz, lo haría. Desaparecería, sin decirte nada, solo para saber si me echarías de menos, si estarías preocupado. Una semana sin saber de mi, sería suficiente tu reacción para entender cuánto te importo. No soy capaz, pero si lo fuese, lo haría... Te juro que lo haría. Pero no puedo, no aguanto una semana sin ti, sin que me hagas reír o llorar, sin que me mates de celos o me hagas rabiar cada dos por tres, sin cerrar los ojos cuando hablamos y sentir que estás a mi lado, con tu barba que rasca apoyado sobre mi hombro y tus manos jugando con mi ombligo a encontrarse. Te echo de menos, pero creo que hay cosas que serán así siempre.

lunes, 25 de marzo de 2013

Cartas sin dirección.

Sabía que iba a echarte de menos. Sabía que no sería fácil, que las lágrimas estarían a la orden del día y los sentimientos a flor de piel. Pero lo que no sabía es que ella volvería tan rápido a tu vida, no ha pasado una semana desde que me dijiste que por ella lo único que sentías era indiferencia, que la saludarías por educación, que ya no sentías. Menos de una semana y todo eso ya ha cambiado. Entiendo de sobra que los sentimientos no se pueden controlar, que yo lo intenté, y es como poner una barrera de arena a la orilla del mar, de repente, viene una ola y se la lleva.
No te odio, ni te guardo rencor, ni ha cambiado mi forma de verte, pero entiende tú que a mi me duela, que no pueda verla y menos después del dolor que te causó. Entiende que puedo hacerme la fuerte, decirte que me alegro, pero que sin que tú lo notes estaré llorando y maldiciendo una y mil veces esa
oferta que te hicieron y aceptaste.
¿Sabes lo que creo? Pues creo que si no te hubieses ido, si nunca hubiese existido esa oferta, si te hubieras quedado, las cosas serían diferentes. Ahora no pensarías en ella. No quiero decir que estuvieses pensando en mi, pero por lo menos no sería en ella. Por lo menos podríamos tratar de intentarlo con más ganas, y sabes que, por como soy, no pararía hasta conseguir quitarte esa coraza. Y bueno, aún así, creo que sabes incluso mejor que yo, que por muy lejos que estés siempre intentaré enamorarte y que te des cuenta, de que esta historia no tiene nada de fugaz, aunque de momento es lo único que sea.