domingo, 6 de mayo de 2012

Adiós.

Y ahora me doy cuenta de que eres como los demás, que dices las cosas por decir como el resto y que no tienes nada de diferente ni especial. No niego que hicieses de lo nuestro algo bonito, porque sí que lo hiciste, pero una persona no es sólo un tiempo limitado, una persona es toda su vida, y tú has demostrado en menos de tres segundos quien eres realmente. Me has fallado, decepcionado y herido, cuando yo, creo, y digo creo, no he hecho nada de eso. Al contrario, intenté que te sintieses orgulloso de mi día día, que al pensar en mi dijeras algo así como "joder, ella es increíble". sé que no soy nada de eso, pero la verdad, me hubiese gustado que lo pensases. Me hubiera gustado saber que esas lágrimas fueron sinceras, y que cuando dijiste "pues claro que me importas" sonase real a lo largo del tiempo. Pero yo ya no puedo creerme nada, ya no quiero creerlo, porque entonces serías un total y completo hipócrita, y la verdad no sé que me das más pena, si saber que lo eres o pensar que me has engañado. Creo que lo más fácil es pensar que te equivocaste, que te encaprichaste de mi cuando te lo puse un poquitín difícil, y que una vez que dejé que todo fuese más fácil, fui perdiendo el encanto. Quizás sea eso, pensar o creerse el resto resultaría duro, y sobretodo doloroso.

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