lunes, 5 de noviembre de 2012

S.

Nunca entenderé como alguien puede hacerte sentir tan especial, ver que tú también lo eres y que de la noche a la mañana todo cambie. Enamorarte de todas y cada una de sus sonrisas, no poder parar de mirarlas y ver que eso se ha esfumado, que ha durado menos que un caramelo a la puerta de un colegio. Ver como todo se escapa delante de tus manos y que no puedes hacer absolutamente por apresarlo, por traerlo de nuevo hacia ti y quedártelo aunque sólo sea un rato más, para así poder despedirte o acostumbrarte sin que sea de manera brusca a no volver a tener esa sonrisa a tan solo unos milímetros de ti. Supongo que es porque soy de las pocas que aún cree en los flechazos y de las pocas que sigue pensando que el amor existe. Y la verdad, son cosas en las que me gustaría dejar de creer, por mi bien, por no seguir haciéndome daño cada dos por tres. Para no seguir cayendo, porque creo que he atravesado el subsuelo algo así como cinco millones de veces, y eso, estoy segura que es algo a lo que nadie se acostumbra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario