jueves, 2 de diciembre de 2010

Una carta sin fecha de entrega

Querido futurista:
Al mundo, más bien a mi sociedad, nos encantan las mentiras. No hace falta que vuelvas a leerlo, porque has leído perfectamente, sí, nos encantan las mentiras. Realmente no las mentiras en sí, sino las mentiras que suenan a verdades, esas que aún sabiendo que son mentiras preferimos creernos a poder llegar a aceptar la cruda realidad. Y no sólo eso, sino que somos tan ingenuos y literalmente tan tontos, que nos vuelve locos el autoengaño. Nos encanta crearnos un concepto en nuestra diminuta cabeza y asimilarlo como si fuera verdad, como si hubiera ocurrido; cuando realmente es una mentira más, pero esta, ésta, estamos decidiendo nosotros mismos creérnosla. Sí, somos unos idiotas, ya lo sé. No sé como será tu mundo, si mejor o peor que el mío, pero necesitaba contarle a alguien que no viviera ahora como estamos aquí. Mires a donde mires, sólo hay mentiras, y si encuentras una verdad, una sola, detrás tendrá una mentira... Hoy en día nada es blanco por naturaleza, siempre tiene algo por detrás, y eso es muy triste.
En verdad, por eso creo que ahora somos así de infelices, porque nuestras vidas se forman a partir de mentiras, una encima de otra, una que se cubre con otra. Las mentiras nos pueden hacer felices, pero solo a corto plazo; a largo plazo se clavan y duelen. Aunque bueno, realmente duelen en cualquiera de los momentos...
Desde que nacemos hasta que morimos vamos saliendo de unas y de otras con mentiras, mentiras y más mentiras... Lo malo de eso es que cuando nos queremos dar cuenta, es demasiado tarde ya para remediarlo, y al girarnos y mirar que es lo que ha pasado, no podemos ver nada. ¿Qué por qué? Porque solo tenemos una inmensa montaña de mentiras que nos inpide ver más allá de nuestro propio egocentrismo.
Espero que ahora, sea diferente, que las verdades estén mucho más valoradas y que las mentiras, se hayan quedado en el pasado. Y si no es así, lo siento, supongo que seguimos siendo igual de trogloditas...
Ahora en cuanto acabe de escribir, doblaré el folio y lo meteré en una botella. Lo tiraré al mar y espero que alguien lo encuentre, alguien que pueda entender mis palabras o que por lo menos las tenga un poco en consideración.

No hay comentarios:

Publicar un comentario