No siempre todo es lo que parece. A veces simplemente nos gusta jugar e ir un poco mas allá. Jugamos y arriesgamos, aunque podamos fallar y terminar perdiendo. Ni lo bueno es tan bueno, ni lo malo tan malo. Todo es y tiene que ser en su justa medida. Pero de vez en cuando, excederse un pelín más no es tan malo como nosotros pensábamos, o quizá si. Quién sabe.
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