Cari, Amor, Tonto, Vida, Cielo, Bicho, Bomboncito Feo, Chico Guapo, Cochi, Cerdito Mío, Corazón, Amore, Bombón, Perro, Moreno, Parvo, Mi Vida, Cosita, Pequeño, Golfo, Gordi, Gordo, Bolita,Toxiño, Idiota, Guapi, Bobo... Por poder, puedo llamarlo de cualquier forma, pero hay una que lo describe mejor que cualquier otra, que no deja lugar a dudas sobre él: AMIGO. Sí, en negrita, con mayúsculas, subrayado y en cursiva.
Un amigo es una familia que escoges, un pequeño mundo al que huir cuando todo fuera esté del revés, tú eres mi lugar favorito al que salir corriendo cuando más lo necesito. Porque un amigo es aquel que te riñe como si fuese tu madre, te protege como si fuese tu padre y te entiende, escucha, ríe, llora, espera, abraza y aconseja como si fuese sangre de tu sangre, como si fuese tu hermano. Él cumple estos requisitos y muchísimos más... Él ha sido ese aliento cuando ya no me quedaba nada, esa bocanada de aire fresco que da la vuelta a tu vida y te hace ver cómo has perdido el tiempo durante todo el camino... Nos hemos reído de mil tonterías juntos, nos hemos empapado bajo la lluvia, nos hemos encontrado en medio de la noche, he tenido que salir a buscarlo y lo encontré sentado acompañado de su sonrisa, hemos visto películas y también nos las hemos inventado, hemos jugado bajo las mantas y las mantas jugaron a no darnos más calor, me ha asustado casi un millón de veces con pequeñas tonterías que me hacen brincar de la cama y ha conseguido quitarme el frío en menos de medio segundo tan sólo acogiéndome entre sus abrazos y apretándome fuerte contra su pecho... Me ha hecho la comida y os aseguro que firmaba por probar todos y cada uno de sus platos, traté de estudiar con él y lo único que conseguí fue estudiarme una vez más su anatomía, hemos despertado siendo extraños y también lo hemos hecho siendo nosotros, y llevamos ya tres despedidas a cuestas, pero no importa el número de despedidas, sino de encuentros. Y todo esto, todo, ha pasado en muy pocos días, pero es que cualquier cosa a su lado se vuelve increíble, la más mínima tontería se convierte en lo más grande... Y sobre todo, consigue hacerte sentir como si realmente fueses especial.
No lleva demasiado tiempo en mi vida, ni yo en la suya, pero me sobraba el día que lo conocí para no dudar ni un segundo que ese sólo era el primer día de una larga amistad. Y hoy, casi seis meses después de conocerlo, sigo estando igual de segura de que pase lo que pase, venga lo que venga y pese a quien le pese nunca nos vamos a separar, y siempre vamos a estar el uno para el otro. No suelo arriesgar con las personas, pero por el pondría la mano en el fuego todas las veces que hiciese falta y estoy segura de que ninguna de ellas llegaría siquiera a notar el calor de las llamas.Y puede que me llmen loca o no sé, quizá piensen que estoy para encerrar, que algo falla dentro de mí, pero os aseguro que si me dijesen que me llevo a una isla desierta, me lo llevaría a él sin pensarlo, porque con él, lo tienes todo, absolutamente TODO.
Y para daros un poco de envidia os contaré que yo he tenido el lujo de jugar con su espalda, de contar sus lunares y perder la cuenta más de una vez por quedarme pensando en lo bonita que tiene la sonrisa...Y hoy, hoy es su día, hoy deja atrás los veintitrés para dar paso a los veinticuatro. Y hoy, me hubiese encantado poder disfrutarlo con él, haberle tapado los ojos y aparecerle con una tarta y sus velitas, y mil ideas que surgen de esta cabezita...
Él es una de esas personas que una vez entra en tu vida, sabes que siempre necesitarás a tu lado. Es indescriptible la forma en la que él consigue hacerte sentir, y, ¿quién no va a quererlo? Inevitable no hacerlo con todo cuanto se tiene... Para mi él es lo mas importante que tengo, alguien que llegó a mi como un regalo, que me abrió los ojos y aún lo hace, que se ríe cuando me pongo tonta y me llama cuando lo único que necesito para parar de llorar es escuchar su voz.
Eres lo mejor que tengo y que podré encontrar en esta vida, de eso estoy más que segura mi amor. Ahora, solo te queda tener las fuerzas para poder aguantarme el resto de vida, y aguantar que los 27 de Junio me vuelva loca y quiera hacerte mil cosas.
Muchísimas Felicidades mi Amor :)
Quérote.
Little Smile
jueves, 27 de junio de 2013
sábado, 4 de mayo de 2013
Contrapunto.
Hay días en los que despiertas, abres tus ojos internos, y te das cuenta de que para que las cosas cambien, necesitas que algo cambie dentro de ti. Necesitas que algo contrarreste ese querer, que algo sea lo suficientemente duro como para que puedas despegarlo de ti aunque sea un poquito. Pero es inútil, incluso lo que más dolor te causa, no duele tanto como para poder contrarrestar tanto cariño, tanto amor, tanto sentimiento... Y tratas de hacer que duela con más fuerzas, hasta que las lágrimas te inundan, hasta que te desbordas y quieres reventar y sientes que estás segura de que ya no puedes más. Es ahí cuando respiras hondo, vuelve a pensar lo que pensaste en un principio, y te das cuenta de que algo, aunque por mínimo que sea, si que ha cambiado. Has conseguido que algo te duela, has conseguido la vía de escape para desahogarte, pero lo que no has conseguido es dejarlo de querer aunque fuese un poquito de nada... Si lo piensas, quizás hasta todo lo contrario. Cada foto era como un balazo, pero sigues sin rendirte. Las balas nunca pudieron contigo, siempre permaneciste en pie mientras una a una te desmontaban, y ahí sigues, como el primer día. Inmóvil, sonriente, con ganas.
miércoles, 24 de abril de 2013
Ven
Los días, las horas, el tiempo, las noches sin él siguen aumentando al igual que las lágrimas por tus mejillas. Ya no sabes ni por qué lloras, pero lo haces cada día. Llega un momento que no entiendes por qué, pero empiezan a rodar por tu cara hasta llegar a tus labios y las notas saladas. Echabas de menos el mar, ahora tienes uno propio cada día, un mar salado, repleto de recuerdos y de canciones, de momentos a su lado, de sonrisas que no sabes si volverás a ver, de abrazos que fueron tuyos y cada vez sientes menos, de besos que podrían haber parado el mundo, de caricias que erizaban tu piel, de noches en vela a su lado, noches que no sabes si podrás volver a pasar. Y te das cuenta de que tú no decides nada, ni siquiera cuando llorar y cuando no, que tú cuerpo es quien lo hace, quien no te deja dormir por las noches preocupada por qué le pasa o cómo está. Secas tu cara, pero a penas sirve de algo, a los dos segundos vuelve a estar empapada, tus ojos vuelven a estar verdes a rabiar y sientes que tu cabeza está a punto de explotar. Crees que no sabes que es lo que necesites para que las lágrimas cesen, pero lo sabes más que de sobra. No necesitas que nadie te lo diga, ni pensarlo más...Sabes lo que necesitas y no lo tienes. Necesitas SU abrazo, notar como te haces pequeña entre sus brazos y como eso te relaja hasta tal punto que llega incluso a cortarte la respiración, te sientes tan protegida que estás segura de que si pasase algo fuera, en el radio de vuestro abrazo todo permanecería totalmente intacto. Eso es lo que tienen sus abrazos, que tranquilizan y reconfortan, que consiguen que te olvides del mundo, de todo lo malo, de la hora y del día y solo piensas en qué ese abrazo es el mejor que te han dado en tu vida, y que nadie nunca podrá dártelos como él lo hace. Además, a ti te encanta pegar la nariz a su cuello cuando te abraza, captas su olor el suaves pero profundas respiraciones, como si eso hiciese que una pequeña parte de él fuese a quedarse contigo para siempre, y en parte es así, su olor te acompaña siempre. Pero no necesites que te acompañe, necesitas que impregne con él las sábanas de tu cama, que de tanto tocarlo hasta tus manos conserven su olor. Lo necesitas a él a tu lado, y no te importa cuando tengas que esperar por ese abrazo, porque cuando lo tengas de nuevo, no habrá una persona que pueda ser más feliz. A veces, la felicidad es tan simple como abrir los brazos y estrechar a la otra persona como si fuese el fin del mundo.
lunes, 8 de abril de 2013
Nadie como Tú.
Llega un día en el que lo tienes todo claro. Él consigue que las tengas claras. Que sepas lo que quieres y cuando lo quieres. Y sabes que lo que quieres es tenerlo a tu lado. Sentir su respiración en tu cuello. Despertarte y que sea lo primero que vean tus ojos y busquen tus manos. Irte a dormir con su pecho como almohada o el tuyo como la suya. Prepararle el desayuno, la comida, la merienda y la cena, y hacerlo porque te encanta cocinar para él. Poder llenarlo de besos a cada segundo. Hacer de las duchas una lluvia de besos, abrazos, caricias y de vez en cuando también de orgasmos. Que él consiga hacerte sentir especial y que tú sólo puedas tratarlo como se merece, de una forma única y especial, porque eso es lo que él es. Sentir que con él, cualquier esquina de la casa es más que eso, porque en todas y cada una de ellas lo has besado y eso te pone la piel de gallina, y te encanta. Que la cama con él se vuelve un lugar en el que el amor, los mimos, los abrazos, el cariño, las caricias, las sonrisas y la magia está a la orden del día, y donde las lágrimas solo existen si son de felicidad. Porque aún no entiendes como tuviste aquel día esa maldita suerte y él se cruzó en tu camino, dándole un giro completo, dándole sentido, haciéndote sentir cosas que nunca antes habías sentido. Como sentir que es que te hagan el amor, y te encanta, te encanta que sea él quien te lo enseñó, que el te haya hecho sentir esa maravillosa sensación y que consigue que te mueras por volverlo a sentir, pero no con cualquiera, sino con él. Te mueres por sentir el roce de su piel, de sus labios, que sus ojos se te claven como dulces espinan y consiga que te tiemblen las piernas al hacerlo. Te mueres por escuchar su voz a tu lado, susurrándote muy suave, poniéndote los pelos de punta con cada movimiento y cada palabra.
Y un día te despiertas con su olor en tu cama y te das cuenta que no quieres echarlo más de menos, que no quieres más sólo su olor en tu cama, sino que lo quieres a él en ella, quieres que su olor vaya acompañado de su cuerpo y que si hueles a él sea porque despiertas con él. Porque podrías reconocer su perfume a kilómetros porque lo tienes gravado y a veces, notas como si estuviera en el aire, y respiras muy despacio, para que no se acabe, y suspiras porque te encantaría saber que huele a él porque estuvo allí, pero, no es así. Es tu subconsciente, que lo echa casi tanto de menos como tú que hace que te huela a él, pero no huele a nada, pero su olor está en ti, guardado en la caja fuerte junto con todos sus recuerdos, con todos los besos que te ha dado, con todas y cada una de las sonrisas que le provocaste, con esas miradas que te matan, con sus abrazos que son tu único refugio, con cada vez que te acarició la cara y te hizo estremecer... Y no quieres nada más, que que pasen los días, y vuelvas a tenerlo ahí, pero mientras buscarás la forma de aprender a parar el tiempo para que cuando lo tengas contigo, vaya muy despacio y él permanezca siempre a tu lado, porque sabes, que cuando se va de tu lado, la casa se te cae encima, pero eso solo significa una cosa, lo quieres. Lo quieres como hacía mucho que no querías a nadie, y no hay nada que te haga sentir mejor que que haya sido él quien lo haya conseguido.
Y un día te despiertas con su olor en tu cama y te das cuenta que no quieres echarlo más de menos, que no quieres más sólo su olor en tu cama, sino que lo quieres a él en ella, quieres que su olor vaya acompañado de su cuerpo y que si hueles a él sea porque despiertas con él. Porque podrías reconocer su perfume a kilómetros porque lo tienes gravado y a veces, notas como si estuviera en el aire, y respiras muy despacio, para que no se acabe, y suspiras porque te encantaría saber que huele a él porque estuvo allí, pero, no es así. Es tu subconsciente, que lo echa casi tanto de menos como tú que hace que te huela a él, pero no huele a nada, pero su olor está en ti, guardado en la caja fuerte junto con todos sus recuerdos, con todos los besos que te ha dado, con todas y cada una de las sonrisas que le provocaste, con esas miradas que te matan, con sus abrazos que son tu único refugio, con cada vez que te acarició la cara y te hizo estremecer... Y no quieres nada más, que que pasen los días, y vuelvas a tenerlo ahí, pero mientras buscarás la forma de aprender a parar el tiempo para que cuando lo tengas contigo, vaya muy despacio y él permanezca siempre a tu lado, porque sabes, que cuando se va de tu lado, la casa se te cae encima, pero eso solo significa una cosa, lo quieres. Lo quieres como hacía mucho que no querías a nadie, y no hay nada que te haga sentir mejor que que haya sido él quien lo haya conseguido.
jueves, 28 de marzo de 2013
Cuestión de prioridades.
Aparecerás de repente, con cualquier frase que empieza o termine por "cari" o por "amor". Y yo como una idiota diré que no pasa nada. Y sí que pasa, claro que pasa. Pasa que en una semana nuestras vidas han cambiado. Y no molestan los cambios, lo que duele es que escuché "esto siempre será así" y ni una semana hemos durado con las cosas como siempre. ¿Qué pasa? Yo ya sé que hay prioridades, que ella te tira, pero... te lo advertí y preferiste vendarme los ojos y endulzar mis oídos con palabras bonitas que se convertían en mariposas en total esplendor en mi cabeza. Y cuando me tapé los oídos, me agarraste fuerte las manos, tus labios rozaron mi oído y susurraron lo más dulce, palabras sinceras, palabras de compra-venta.
¿Sabes? Hoy dijiste que querías mandarlo todo a la mierda, que estabas harto, agobiado de todo y de todos. Pues bien, creo que nos hemos cambiado los papeles. Creo que si fuese capaz, lo haría. Desaparecería, sin decirte nada, solo para saber si me echarías de menos, si estarías preocupado. Una semana sin saber de mi, sería suficiente tu reacción para entender cuánto te importo. No soy capaz, pero si lo fuese, lo haría... Te juro que lo haría. Pero no puedo, no aguanto una semana sin ti, sin que me hagas reír o llorar, sin que me mates de celos o me hagas rabiar cada dos por tres, sin cerrar los ojos cuando hablamos y sentir que estás a mi lado, con tu barba que rasca apoyado sobre mi hombro y tus manos jugando con mi ombligo a encontrarse. Te echo de menos, pero creo que hay cosas que serán así siempre.
¿Sabes? Hoy dijiste que querías mandarlo todo a la mierda, que estabas harto, agobiado de todo y de todos. Pues bien, creo que nos hemos cambiado los papeles. Creo que si fuese capaz, lo haría. Desaparecería, sin decirte nada, solo para saber si me echarías de menos, si estarías preocupado. Una semana sin saber de mi, sería suficiente tu reacción para entender cuánto te importo. No soy capaz, pero si lo fuese, lo haría... Te juro que lo haría. Pero no puedo, no aguanto una semana sin ti, sin que me hagas reír o llorar, sin que me mates de celos o me hagas rabiar cada dos por tres, sin cerrar los ojos cuando hablamos y sentir que estás a mi lado, con tu barba que rasca apoyado sobre mi hombro y tus manos jugando con mi ombligo a encontrarse. Te echo de menos, pero creo que hay cosas que serán así siempre.
lunes, 25 de marzo de 2013
Cartas sin dirección.
Sabía que iba a echarte de menos. Sabía que no sería fácil, que las lágrimas estarían a la orden del día y los sentimientos a flor de piel. Pero lo que no sabía es que ella volvería tan rápido a tu vida, no ha pasado una semana desde que me dijiste que por ella lo único que sentías era indiferencia, que la saludarías por educación, que ya no sentías. Menos de una semana y todo eso ya ha cambiado. Entiendo de sobra que los sentimientos no se pueden controlar, que yo lo intenté, y es como poner una barrera de arena a la orilla del mar, de repente, viene una ola y se la lleva.
No te odio, ni te guardo rencor, ni ha cambiado mi forma de verte, pero entiende tú que a mi me duela, que no pueda verla y menos después del dolor que te causó. Entiende que puedo hacerme la fuerte, decirte que me alegro, pero que sin que tú lo notes estaré llorando y maldiciendo una y mil veces esa
oferta que te hicieron y aceptaste.
¿Sabes lo que creo? Pues creo que si no te hubieses ido, si nunca hubiese existido esa oferta, si te hubieras quedado, las cosas serían diferentes. Ahora no pensarías en ella. No quiero decir que estuvieses pensando en mi, pero por lo menos no sería en ella. Por lo menos podríamos tratar de intentarlo con más ganas, y sabes que, por como soy, no pararía hasta conseguir quitarte esa coraza. Y bueno, aún así, creo que sabes incluso mejor que yo, que por muy lejos que estés siempre intentaré enamorarte y que te des cuenta, de que esta historia no tiene nada de fugaz, aunque de momento es lo único que sea.
No te odio, ni te guardo rencor, ni ha cambiado mi forma de verte, pero entiende tú que a mi me duela, que no pueda verla y menos después del dolor que te causó. Entiende que puedo hacerme la fuerte, decirte que me alegro, pero que sin que tú lo notes estaré llorando y maldiciendo una y mil veces esa
oferta que te hicieron y aceptaste.
¿Sabes lo que creo? Pues creo que si no te hubieses ido, si nunca hubiese existido esa oferta, si te hubieras quedado, las cosas serían diferentes. Ahora no pensarías en ella. No quiero decir que estuvieses pensando en mi, pero por lo menos no sería en ella. Por lo menos podríamos tratar de intentarlo con más ganas, y sabes que, por como soy, no pararía hasta conseguir quitarte esa coraza. Y bueno, aún así, creo que sabes incluso mejor que yo, que por muy lejos que estés siempre intentaré enamorarte y que te des cuenta, de que esta historia no tiene nada de fugaz, aunque de momento es lo único que sea.
domingo, 20 de enero de 2013
Apuestas. Arriesgar. Ganar o Perder.
Si no es por una "Ella" del pasado es por una del futuro. Si no es ahora será luego. ¿Cuándo me toca? ¿Cuándo seré yo ese "Ella" con el cuál otras chicas se preocuparán? ¿Cuándo? Porque yo no puedo pasarme la vida preocupándome, temiendo porque ella vuelva a tu vida y yo desaparezca instantáneamente porque así no se puede ser feliz... Hoy, tengo tantas cosas por decirte.. Realmente no sé cuanto podré seguir callando, pero creo y espero que no mucho más porque si no, tarde o temprano acabaré por crear una explosión de sentimientos, por gritar todo cuanto callo...No soporto que le hables, ¿sabes? Me desquicia saber que la tienes al otro lado del móvil haciéndola sonreír como a mi, no puedo, me supera. Y cada vez que miras el móvil estando conmigo y sonríes tengo miedo, se me para el mundo, tengo miedo de que ella aún provoque ese efecto en ti, tengo miedo de que sólo ella sepa hacerte sonreír así, de que sólo sea ella por quién te levantas cada día... Y odio cuando lo haces, no debería importarte quien te escribe y quien no, y sin embargo te importa. Quizá porque realmente quieres que sea ella, que esperas una señal, que esperas algo que te haga cambiar de opinión o evite que cometas un error, quizá un mensaje puntual como el otro día. Ella siempre tan puntual, no podía quedarse en su sitio llamado pasado, no, tenía que aparecer en ese preciso momento, tenía que hacernos discutir, tenía que recordarme cuánto la sigues queriendo...Supongo que la culpa de todo esto es mía, que insisto demasiado, que juego, arriesgo y apuesto todo cuanto tengo, como si fuera una partida de póker. Exacto, esa es la comparación perfecta. Lo "nuestro" es una partida de póker, una partida de tres jugadores, dos juegan juntos y un tercero juega solo. Pues bien pongamos que uno de los dos que juegan juntos, tiene un palpito, sabe que tiene la mano de su vida y que la otra no podrá hacer nada, y decide apostarlo todo sin consultar. (¿Me sigues no?) Es la apuesta de su vida, es un todo o nada, y una vez hecha tiene dudas, pero ya no puede echarse hacia atrás. Sabes cuánto tiempo lleva ganando, pero aún así, no has tenido miedo, en la última partida termino retirándose, igual, ha dejado de tener esa suerte... Entonces, te mira entre risas, te pone nervioso y te refuerza esas dudas que tenías. Y entonces, dejas de tener tan claro que haya sido la apuesta de tu vida. Y te preguntarás qué fue lo que pasó ¿no? Pues eso es lo que te toca decidir a ti, quién quieres que gane esa mano... Quién decidió apostarlo todo, o quién ya se ha retirado una vez.Espero que lo hayas entendido, si no, si no lo tienes claro, me llamas, pero hazlo sólo para decirme que te quedas con quién todo lo apuesta, si no, estás perdiendo tu tiempo haciéndome perderlo a mi.
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