miércoles, 29 de diciembre de 2010

Aprender

Nadie necesita lecciones para querer. Cómo querer a alguien no se aprende, es algo que tenemos desde el momento en que llegamos al mundo, es algo que siempre irá con nosotros. Es algo que sentimos cuando tenemos de frente a cualquier persona, y nosotros simplemente sentimos, sentimos si la queremos o si solo tenemos indiferencia. Y al igual que para querer no hacen falta lecciones, tampoco lo hacen para olvidar. Porque olvidar no es solución alguna, olvidar es admitir que no quieres aprender de tus propios fracasos o errores, es pretender borrar un tiempo, y no, no debemos hacer eso. ¿Qué pasaría si olvidaramos todo? Estaríamos todo el día callendo una y otra vez en el mismo bache sin aprender a saltarlo, porque simplemente quisimos olvidar esa caída que nos dolió. Pero olvídala, sí, hazlo si de verdad lo deseas. Y volverás a caer, te volverá a doler, y no solo eso, sino que te dolerá en el mismo sitio, exactamente en el mismo punto y quizá no con la misma intensidad, sino con más. ¿Sabes por qué? Porque lo único que habrás hecho será haber abierto de nuevo la herida que ya tenías casi apunto de cerrar. En cambio, si aprendes de ello, sabrás donde está ese bache y buscarás la manera de saltarlo sin volver a caerte. Quizá no a la primera, ni a la segunda, quizá a la novena, pero hayarás la solución. Olvidar al fin y al cabo es solo volverte torpe e inútil día a día, porque te ciegas sin querer ver lo que hay realmente, mejor es, vivir con lo que hay, saber lo que ha pasado, asumirlo y pasar a lo siguiente. Porque el futuro, será algún día presente, y el presente en cuanto pase será pasado. Aprende del pasado en el presente y utilízalo en el futuro.

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