martes, 7 de diciembre de 2010

Sueños y realidad, conceptos realmente diferentes.

Sigo reafirmándome. Nos encanta el autoengaño. Es muy bonito pensar que no te llaman o no te mandan un sms con la decisión final porque quizá, y solo quizá, lo único que pretenden es darte una sorpresa, pero es demasiado triste poder llegar a creernos que eso realmente vaya a suceder. Es triste asomarse a una ventana a la hora esperando que quizá los veas con una sonrisa diriegiéndose a tu casa. Soñar despierto es bonito, lo malo es cuando confundes sueños con realidad. Cuando llegas al punto de ver todo de un color cristalino cuando realmente solo es negro. Pero al final, los sueños, nuestros deseos y todo lo que sentimos acaban teniendo más fuerza que la realidad. Eso si, cuando la realidad llega, rompe con todo lo anterior y con todo lo que pueda venir. Nos debasta, nos lleva por delante sin mirar cuanto puede llegar a doler. A la realidad no le importas, a la realidad solo le importa seguir su camino. Ten cuidado y no te metas en medio, podrá llevarte por delante a ti también.

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