sábado, 22 de enero de 2011
El pasado se formula siempre en presente
Igual lo que me dolia no era no poder hablar contigo. Sino hablar contigo y derrumbarme como lo hice hoy. Caer ante tus palabres intentando pronunciar las mías sin éxito alguno. Igual me duele saber donde y como me dijiste las cosas y lo peor de todo es que te acuerdes, si te acuerda es un paso, es que te importo o por lo menos te importaba. Si no me aguantas, problema tuyo, ya hay otros que lo hacen por ti y agradecen que no estes en medio... ¿Pero saber el verdadero problema? Que aunque no estes fisicamente, y el resto se libre de ti, yo nunca podre librarme de ti. Porque yo no soy como tu, yo lo que vivo, lo llevo conmigo siempre. Por lo cual tú conmigo iras siempre. Y te quiero no tengo miedo a pronunciarlo al igual que no tube ningun miedo a prnunciarlo hoy, pero me duele decir te quiero y saber que solo tengo a un payaso que se rie delante de mis propias narices...
martes, 18 de enero de 2011
Echar de más o echar de menos..
Porque a veces echas de menos, y eso no es del todo malo. Porque aunque duela, sabes que si no hubiera sido tan sumamente importante en tu vida, ahora, no lo estarías echando de menos ni siquiera un poquito.
Sabes de sobra que todo lo que te pueda echar de menos, no cabe en ningún libro, ni el trailer, ni en albúm, ni en ningún sitio... Es algo que algún día, conseguiré que veas. Solo necesito que te pares a pensar un poquito en todos esos lugares que visitamos, en todo el tiempo que pasamos juntos, en cada despertar a tu lado, en cada "Te Quiero", en cada llamada antes de dormirnos, en cada mensaje... Y si, admito que igual no todos los recuerdos serán buenos, porque todo tiene su lado malo, pero admite tan siquiera que la gran mayoría fueron buenos, porque sabes que fue así. De no haberlo sido, no habríamos llegado tan lejos.. Porque cuando estoy en un sitio, aunque no quiera, me asaltan los recuerdos contigo, y nos veo ahí a los dos, tan felices, tan sonreintes, abrazados, queriéndonos como nadie se ha sabido querer.. Has sido tan importante, tan tan tan importante que todavía creo en ti. Creo en un mañana en el que las cosas entre los dos puedan volver a la normalidad, es decir, que un hola reciba respuesta...
El equilibrio es imposible..
Já, já y doble já!
Pretenden llamar a amistad a algo que no lo es. Porque hay quien se siente mejor echando mierda encima a los demás, hay quien se cre superior por hacer o decir cosas que sabes que dolerán. Lo peor de todo nunca es eso, lo peor de todo son el resto de personas a su alrededor, esas que aunque no estén de acuerdo no le paran los pies, que no le dicen que lo que hace no es ni normal, ni coherente, ni nada, absolutamente nada. Y puede joder o doler, pero tranquila, donde las dan las toman, y callar es bueno. Ah, no se me olvida, el que rie el último, rie mejor.
lunes, 10 de enero de 2011
A pesar de todo, aún estás ahí..
Intento que al hablar de ti no se me caiga una lágrima trás otra, pero, ¿cómo no vas a salir mis sentimientos a flor de piel? Todavía tengo gravado cada uno de tus besos, y todavían queman como el acero.Lo intento, te juro, te prometo y te perjuro que intento entenderlo. Intento a cada momento entender la decisión que has tomado, pero no, no soy capaz, no entra en cabeza humano, o por lo menos no en la mía. Intento que no se me pare el corazón al verte, pero es inevitable, tiene vida propia y hace lo que le da la gana. A veces, incluso intento contener esas ganas tan grandes por dirigirte la palabra, pero no siempre lo consigo y una vez más vuelvo a caer, y también una vez más no recibo respuesta alguna.Intento poder salir una noche sin acabar pensando en como hacer para olvidarte o que la mirada del chico rubio no me vale porque para nada es como la tuya, y que, aunque cualquiera de aquellos que tanto me miran me puedan besar, ninguno de sus besos podrá llegar a tener el sabor de los tuyos, ni siquiera un poquito parecido. Intento dejar todo como esta, alejarme de ello y seguir hacia delante, pero es imposible mirar hacia un futuro cuando el presente está enlazado también al pasado. Intento poder irme a la cama y no pensar en nada, o por lo menos que no aparezcas tú una y otra vez en mi cabeza, pero no me haces caso y te tomas la libertad de venir y arrebatarme el sueño, de dejarme así, dando vueltas en la cama (sí, esa que tú tan bien te conoces), con los ojos como platos, con las lágrimas en la mejilla y con ese dolor ahí dentro. Y es que esa cama solo me mata a recuerdos, ahí no solo conocí varias de tus diferentes sonrisas, sino también otros de tus besos, esa cama es la que nos ha escuchado noche tras noche como nos queriamos, y también me ha escuchado llorarte desde hace poco más casi dos meses. En esa cama estudié tus lunares y conté cuentos besos éramos capaces de darnos por minuto. En esa cama nos llenamos de besos, nos comimos con la mirada y nos amamos sin medida. Es normal que intente todo eso y no sea capaz, porque cada día me propongo no escribirte, y sin embargo, mírame, aquí estoy. Una vez más diciéndote todo lo que te quiero pero sin decirlo, escribiéndote para no perderte, para por lo menos tenerte un poco más conmigo. Queriéndote como una loca y muriendo poco a poco por ello...
martes, 4 de enero de 2011
A lot of things
Soy la primera que dije que no importaba el tiempo, sino la intensidad de ese tiempo y de cómo fuese. Pero también soy la primera que reconoce que hubiera deseado más tiempo, que aún ahora desearía retomarlo. Soy la primera que pondría una vez más todas las cartas sobre la mesa por otro intento más, sin dudarlo un solo segundo. También soy la primera en valorar todo lo que fuimos, en saber que realmente estubimos muy alto y que de repente simplemente, caímos en picado. Primera en valorarte por quien eres, por como eres y por todo lo que siempre que puedes haces. Y aunque suene frío, también soy la primera que sabe que ya no eres el mismo, que ahora ya no eres el que eras hace un año. Sí, la gente cambia, todos cambiamos, pero no como tú; no puedes ser hoy blanco y mañana negro, porque no, no es así y lo sabemos tú, yo y todos. Y sin olvidarme, también soy la primera que te ha querido sin anteponer nada a ti, sin poner obstáculos entre los dos, sin que le temblase la voz al decir un "Te quiero" y todavía hoy, podría poner las manos sobre el fuego y no quemarme al decir que nadie, absolutamente nadie, podrá quererte como te he querido y te sigo queriendo. Ah, sin olvidarnos de que fui la primera que firme por un "Siempre a tu lado" y que cumpliré, aunque tú no quieras estarlo; y la que supe decirte con una mirada lo que con palabras no era capaz ni de intentar pronunciar.
jueves, 30 de diciembre de 2010
Última Noche.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos." El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche.Yo lo quise, y a veces él también me quiso. En las noches como esta lo tuve entre mis brazos. Lo besé tantas veces bajo el cielo infinito... Él me quiso, a veces yo también lo quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos... Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no lo tengo, sentir que lo he perdido. Oir la noche inmensa, más inmensa sin él. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarlo, la noche esta estrellada y él no está conmigo. Como para acercarlo, mi mirada lo busca. Eso es todo. A lo lejos alguien canta, a lo lejos. Mi alma no se contenta con haberlo perdido, mi corazón lo busca, y él no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no lo quiero, es cierto, pero cuánto lo quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otra, será de otra. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no lo quiero, es cierto, pero tal vez lo quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como esta lo tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberlo perdido. Aunque este sea el ultimo dolor que él me causa, y estos sean los ultimos versos que yo le escribo.
Antes de poner en duda una sola de mis palabras, dime ¿cuándo te he mentido? Porque puedo equivocarme, pero no te engañaría. Puedo girar bastante más deprisa de lo que luego tardo en equilibrarme. Puedo maltratarlo todo aunque lo quiera. Y hay cuando no tengo nada y puedo con todo; y hay cuando no puedo con nada y, además, no lo quiero. Puedo escribir páginas y páginas de mentiras en primera persona que nada tengan que ver con mi ánimo, ni con el ánimo de mi carma, ni con nada de nada. Cada quilómetro a la espalda le resquebraja a cada uno de una manera distinta al espejo. Y yo sólo voy dejando aquí y allá pruebas inexactas de pensiero. Y hay veces que ni eso, te juro mi vida, que hay veces, que ni eso... Golpear y resbalar indistintamente piel a pared, moratones vitalicios sin memoria. Cada herida es un misterio en la resaca, y ¿qué quieres que te diga?, tampoco procuro entenderlo. Sentimientos. Entre abrazos te dices "Uy, que va, o bueno, puede que sí". Y al día siguiente a la distancia le soplas "Me salen chichones de pensarte, amor. Cómo dueles, y eso que pienso que no te quiero. Y eso que esta vez si que miraba por donde iba pisando". Porque el "se mira pero no se toca" equivale al "se siente pero no se entiende", en cuanto a tentación. Y a los sentimientos se la traemos bastante floja, te lo aseguro por experiencia, cuando yo no he sido nada más que eso, sentimiento. Desarraigarse. Mandarlo todo, maldita sea, por una vez al infierno. Ser uno mismo a riesgo de caer en picado y para siempre en el intento. Porque la vida sin peligro es como el mundo sin John Lennon; gris, manicomio, casi humo. Aquí me tienes, haciendo un cameo en tu vida. Soy sólo el delirio en ayunas de nuestras intenciones reflejadas en miradas así modernitas dentro de gafas de sol. Soy sólo eso, soy sólo una reacción. Estoy aquí de rebote. De mayor quiero ser instinto. Aquí me tienes con mi idilio de garrafón convertido en gas lacrimógeno. Estos son mis credenciales, te tomo prestada la mitad de tu pasado para derrochar innecesariamente cariño, porque es como yo, inútil pero bello. Idílicamente tú, idílicamente yo. Dime si el delirio no es una inmortalidad más a la que aferrarse con todos los cruces que quieras, si piensas pagar con intereses tus deudas, tus deudas tuyas. En el fondo mentimos como cosacos diciendo que en vez de evitar hundirnos, nos place la deriva. Y que va enserio eso de que, estamos locos y alegremente confundidos, y tenemos poquito más que la inseguridad. Pero, en fin, cada uno a su pedo.
Antes, mucho antes de jugar a querernos, me acuerdo de situaciones lumínicas escándalosamente aburridas. Antes de ponernos a hablar como si leyésemos todos los días los periódicos, he de leer en tus cicatrices que ha habido cuando no sabías en qué día vivías, ni qué mundo era este de amenazas legales especializadas en alas y tú como si nada. Dime, ¿cómo de absurdo es preferir el amor a primera vista, a torpes, torpes intentos de soledad chamuscada? Ahora que nos las damos de genios y de ágiles y de que vamos serenos con eso de que nunca seremos las cenizas de no vernos. Si bailamos a las tres de la tarde como si fuesen de la mañana. ¿La conclusión? La epifanía de que si estoy, del verbo estar con mayúsculas, te quemas.
He aprendido a tompricones un montón de tonterías y a pescozones a besarte llorando que no estoy de sobredosis. He jugado a destroquelar tus opiniones invirtiendo su cromancia y a electrocutarte el peinado y a limarte arañazos. He jugado a jugar contigo y me has ganado. Y ha habido veces en las que no estaba jugando, pero jugaba a que no te dieses cuenta. He subido a lo más alto sólo porque luego la ostia iba a ser mayor. He dejado a gente estupenda por el camino y me empacha de indiferencia su recuerdo. Me he mojado cuando hizo falta mojarse, y ya, ni eso. He renegado del mundo hasta tal punto que, me cuesta volver aunque sea para unirme a luchar. Ser o no buena gente, así, tan buenagentemente dicho. Puede, en fin, qué sé yo. Puede que sea saber que te quieren y sentir que te lo mereces.
Antes de poner en duda una sola de mis palabras, dime ¿cuándo te he mentido? Porque puedo equivocarme, pero no te engañaría. Puedo girar bastante más deprisa de lo que luego tardo en equilibrarme. Puedo maltratarlo todo aunque lo quiera. Y hay cuando no tengo nada y puedo con todo; y hay cuando no puedo con nada y, además, no lo quiero. Puedo escribir páginas y páginas de mentiras en primera persona que nada tengan que ver con mi ánimo, ni con el ánimo de mi carma, ni con nada de nada. Cada quilómetro a la espalda le resquebraja a cada uno de una manera distinta al espejo. Y yo sólo voy dejando aquí y allá pruebas inexactas de pensiero. Y hay veces que ni eso, te juro mi vida, que hay veces, que ni eso... Golpear y resbalar indistintamente piel a pared, moratones vitalicios sin memoria. Cada herida es un misterio en la resaca, y ¿qué quieres que te diga?, tampoco procuro entenderlo. Sentimientos. Entre abrazos te dices "Uy, que va, o bueno, puede que sí". Y al día siguiente a la distancia le soplas "Me salen chichones de pensarte, amor. Cómo dueles, y eso que pienso que no te quiero. Y eso que esta vez si que miraba por donde iba pisando". Porque el "se mira pero no se toca" equivale al "se siente pero no se entiende", en cuanto a tentación. Y a los sentimientos se la traemos bastante floja, te lo aseguro por experiencia, cuando yo no he sido nada más que eso, sentimiento. Desarraigarse. Mandarlo todo, maldita sea, por una vez al infierno. Ser uno mismo a riesgo de caer en picado y para siempre en el intento. Porque la vida sin peligro es como el mundo sin John Lennon; gris, manicomio, casi humo. Aquí me tienes, haciendo un cameo en tu vida. Soy sólo el delirio en ayunas de nuestras intenciones reflejadas en miradas así modernitas dentro de gafas de sol. Soy sólo eso, soy sólo una reacción. Estoy aquí de rebote. De mayor quiero ser instinto. Aquí me tienes con mi idilio de garrafón convertido en gas lacrimógeno. Estos son mis credenciales, te tomo prestada la mitad de tu pasado para derrochar innecesariamente cariño, porque es como yo, inútil pero bello. Idílicamente tú, idílicamente yo. Dime si el delirio no es una inmortalidad más a la que aferrarse con todos los cruces que quieras, si piensas pagar con intereses tus deudas, tus deudas tuyas. En el fondo mentimos como cosacos diciendo que en vez de evitar hundirnos, nos place la deriva. Y que va enserio eso de que, estamos locos y alegremente confundidos, y tenemos poquito más que la inseguridad. Pero, en fin, cada uno a su pedo.
Antes, mucho antes de jugar a querernos, me acuerdo de situaciones lumínicas escándalosamente aburridas. Antes de ponernos a hablar como si leyésemos todos los días los periódicos, he de leer en tus cicatrices que ha habido cuando no sabías en qué día vivías, ni qué mundo era este de amenazas legales especializadas en alas y tú como si nada. Dime, ¿cómo de absurdo es preferir el amor a primera vista, a torpes, torpes intentos de soledad chamuscada? Ahora que nos las damos de genios y de ágiles y de que vamos serenos con eso de que nunca seremos las cenizas de no vernos. Si bailamos a las tres de la tarde como si fuesen de la mañana. ¿La conclusión? La epifanía de que si estoy, del verbo estar con mayúsculas, te quemas.
He aprendido a tompricones un montón de tonterías y a pescozones a besarte llorando que no estoy de sobredosis. He jugado a destroquelar tus opiniones invirtiendo su cromancia y a electrocutarte el peinado y a limarte arañazos. He jugado a jugar contigo y me has ganado. Y ha habido veces en las que no estaba jugando, pero jugaba a que no te dieses cuenta. He subido a lo más alto sólo porque luego la ostia iba a ser mayor. He dejado a gente estupenda por el camino y me empacha de indiferencia su recuerdo. Me he mojado cuando hizo falta mojarse, y ya, ni eso. He renegado del mundo hasta tal punto que, me cuesta volver aunque sea para unirme a luchar. Ser o no buena gente, así, tan buenagentemente dicho. Puede, en fin, qué sé yo. Puede que sea saber que te quieren y sentir que te lo mereces.
miércoles, 29 de diciembre de 2010
Aprender
Nadie necesita lecciones para querer. Cómo querer a alguien no se aprende, es algo que tenemos desde el momento en que llegamos al mundo, es algo que siempre irá con nosotros. Es algo que sentimos cuando tenemos de frente a cualquier persona, y nosotros simplemente sentimos, sentimos si la queremos o si solo tenemos indiferencia. Y al igual que para querer no hacen falta lecciones, tampoco lo hacen para olvidar. Porque olvidar no es solución alguna, olvidar es admitir que no quieres aprender de tus propios fracasos o errores, es pretender borrar un tiempo, y no, no debemos hacer eso. ¿Qué pasaría si olvidaramos todo? Estaríamos todo el día callendo una y otra vez en el mismo bache sin aprender a saltarlo, porque simplemente quisimos olvidar esa caída que nos dolió. Pero olvídala, sí, hazlo si de verdad lo deseas. Y volverás a caer, te volverá a doler, y no solo eso, sino que te dolerá en el mismo sitio, exactamente en el mismo punto y quizá no con la misma intensidad, sino con más. ¿Sabes por qué? Porque lo único que habrás hecho será haber abierto de nuevo la herida que ya tenías casi apunto de cerrar. En cambio, si aprendes de ello, sabrás donde está ese bache y buscarás la manera de saltarlo sin volver a caerte. Quizá no a la primera, ni a la segunda, quizá a la novena, pero hayarás la solución. Olvidar al fin y al cabo es solo volverte torpe e inútil día a día, porque te ciegas sin querer ver lo que hay realmente, mejor es, vivir con lo que hay, saber lo que ha pasado, asumirlo y pasar a lo siguiente. Porque el futuro, será algún día presente, y el presente en cuanto pase será pasado. Aprende del pasado en el presente y utilízalo en el futuro.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)