Aparecerás de repente, con cualquier frase que empieza o termine por "cari" o por "amor". Y yo como una idiota diré que no pasa nada. Y sí que pasa, claro que pasa. Pasa que en una semana nuestras vidas han cambiado. Y no molestan los cambios, lo que duele es que escuché "esto siempre será así" y ni una semana hemos durado con las cosas como siempre. ¿Qué pasa? Yo ya sé que hay prioridades, que ella te tira, pero... te lo advertí y preferiste vendarme los ojos y endulzar mis oídos con palabras bonitas que se convertían en mariposas en total esplendor en mi cabeza. Y cuando me tapé los oídos, me agarraste fuerte las manos, tus labios rozaron mi oído y susurraron lo más dulce, palabras sinceras, palabras de compra-venta.
¿Sabes? Hoy dijiste que querías mandarlo todo a la mierda, que estabas harto, agobiado de todo y de todos. Pues bien, creo que nos hemos cambiado los papeles. Creo que si fuese capaz, lo haría. Desaparecería, sin decirte nada, solo para saber si me echarías de menos, si estarías preocupado. Una semana sin saber de mi, sería suficiente tu reacción para entender cuánto te importo. No soy capaz, pero si lo fuese, lo haría... Te juro que lo haría. Pero no puedo, no aguanto una semana sin ti, sin que me hagas reír o llorar, sin que me mates de celos o me hagas rabiar cada dos por tres, sin cerrar los ojos cuando hablamos y sentir que estás a mi lado, con tu barba que rasca apoyado sobre mi hombro y tus manos jugando con mi ombligo a encontrarse. Te echo de menos, pero creo que hay cosas que serán así siempre.
jueves, 28 de marzo de 2013
lunes, 25 de marzo de 2013
Cartas sin dirección.
Sabía que iba a echarte de menos. Sabía que no sería fácil, que las lágrimas estarían a la orden del día y los sentimientos a flor de piel. Pero lo que no sabía es que ella volvería tan rápido a tu vida, no ha pasado una semana desde que me dijiste que por ella lo único que sentías era indiferencia, que la saludarías por educación, que ya no sentías. Menos de una semana y todo eso ya ha cambiado. Entiendo de sobra que los sentimientos no se pueden controlar, que yo lo intenté, y es como poner una barrera de arena a la orilla del mar, de repente, viene una ola y se la lleva.
No te odio, ni te guardo rencor, ni ha cambiado mi forma de verte, pero entiende tú que a mi me duela, que no pueda verla y menos después del dolor que te causó. Entiende que puedo hacerme la fuerte, decirte que me alegro, pero que sin que tú lo notes estaré llorando y maldiciendo una y mil veces esa
oferta que te hicieron y aceptaste.
¿Sabes lo que creo? Pues creo que si no te hubieses ido, si nunca hubiese existido esa oferta, si te hubieras quedado, las cosas serían diferentes. Ahora no pensarías en ella. No quiero decir que estuvieses pensando en mi, pero por lo menos no sería en ella. Por lo menos podríamos tratar de intentarlo con más ganas, y sabes que, por como soy, no pararía hasta conseguir quitarte esa coraza. Y bueno, aún así, creo que sabes incluso mejor que yo, que por muy lejos que estés siempre intentaré enamorarte y que te des cuenta, de que esta historia no tiene nada de fugaz, aunque de momento es lo único que sea.
No te odio, ni te guardo rencor, ni ha cambiado mi forma de verte, pero entiende tú que a mi me duela, que no pueda verla y menos después del dolor que te causó. Entiende que puedo hacerme la fuerte, decirte que me alegro, pero que sin que tú lo notes estaré llorando y maldiciendo una y mil veces esa
oferta que te hicieron y aceptaste.
¿Sabes lo que creo? Pues creo que si no te hubieses ido, si nunca hubiese existido esa oferta, si te hubieras quedado, las cosas serían diferentes. Ahora no pensarías en ella. No quiero decir que estuvieses pensando en mi, pero por lo menos no sería en ella. Por lo menos podríamos tratar de intentarlo con más ganas, y sabes que, por como soy, no pararía hasta conseguir quitarte esa coraza. Y bueno, aún así, creo que sabes incluso mejor que yo, que por muy lejos que estés siempre intentaré enamorarte y que te des cuenta, de que esta historia no tiene nada de fugaz, aunque de momento es lo único que sea.
domingo, 20 de enero de 2013
Apuestas. Arriesgar. Ganar o Perder.
Si no es por una "Ella" del pasado es por una del futuro. Si no es ahora será luego. ¿Cuándo me toca? ¿Cuándo seré yo ese "Ella" con el cuál otras chicas se preocuparán? ¿Cuándo? Porque yo no puedo pasarme la vida preocupándome, temiendo porque ella vuelva a tu vida y yo desaparezca instantáneamente porque así no se puede ser feliz... Hoy, tengo tantas cosas por decirte.. Realmente no sé cuanto podré seguir callando, pero creo y espero que no mucho más porque si no, tarde o temprano acabaré por crear una explosión de sentimientos, por gritar todo cuanto callo...No soporto que le hables, ¿sabes? Me desquicia saber que la tienes al otro lado del móvil haciéndola sonreír como a mi, no puedo, me supera. Y cada vez que miras el móvil estando conmigo y sonríes tengo miedo, se me para el mundo, tengo miedo de que ella aún provoque ese efecto en ti, tengo miedo de que sólo ella sepa hacerte sonreír así, de que sólo sea ella por quién te levantas cada día... Y odio cuando lo haces, no debería importarte quien te escribe y quien no, y sin embargo te importa. Quizá porque realmente quieres que sea ella, que esperas una señal, que esperas algo que te haga cambiar de opinión o evite que cometas un error, quizá un mensaje puntual como el otro día. Ella siempre tan puntual, no podía quedarse en su sitio llamado pasado, no, tenía que aparecer en ese preciso momento, tenía que hacernos discutir, tenía que recordarme cuánto la sigues queriendo...Supongo que la culpa de todo esto es mía, que insisto demasiado, que juego, arriesgo y apuesto todo cuanto tengo, como si fuera una partida de póker. Exacto, esa es la comparación perfecta. Lo "nuestro" es una partida de póker, una partida de tres jugadores, dos juegan juntos y un tercero juega solo. Pues bien pongamos que uno de los dos que juegan juntos, tiene un palpito, sabe que tiene la mano de su vida y que la otra no podrá hacer nada, y decide apostarlo todo sin consultar. (¿Me sigues no?) Es la apuesta de su vida, es un todo o nada, y una vez hecha tiene dudas, pero ya no puede echarse hacia atrás. Sabes cuánto tiempo lleva ganando, pero aún así, no has tenido miedo, en la última partida termino retirándose, igual, ha dejado de tener esa suerte... Entonces, te mira entre risas, te pone nervioso y te refuerza esas dudas que tenías. Y entonces, dejas de tener tan claro que haya sido la apuesta de tu vida. Y te preguntarás qué fue lo que pasó ¿no? Pues eso es lo que te toca decidir a ti, quién quieres que gane esa mano... Quién decidió apostarlo todo, o quién ya se ha retirado una vez.Espero que lo hayas entendido, si no, si no lo tienes claro, me llamas, pero hazlo sólo para decirme que te quedas con quién todo lo apuesta, si no, estás perdiendo tu tiempo haciéndome perderlo a mi.
jueves, 22 de noviembre de 2012
Nebur.
Un sábado normal y corriente, recién levantada, cuando tu belleza no está resaltada con ningún tipo de colorete ni sombra de color, cuando el sueño es tu único maquillaje, justo es ese el momento en que alguien se fija en ti. Y no sabes como, de repente, está ahí, contigo. Discutiendo por a quién le toca poner la música, por quién tiene demasiado nórdico y haciendo guerra de almohadas y cosquillas. Despertando en medio de la noche con él abrazado a ti, y recorrer sus manos, suspirar y volver a quedarte dormida, felizmente dormida. Porque no existe persona sobre la tierra a la que no le guste que la mimen, que no le guste sentir el calor de otros labios, a quien no le guste sentir que hay alguien solo por ti, que está ahí porque estás tú y no otra de esos cientos de millones de personas del mundo, tú eres la razón de su estar ahí. Y aunque trates de pensarlo fríamente, de separarlo de lo personal, hay veces que aunque quieras no puedes. Puedes no llevarlo al rincón del amor, porque sabes que eso no es lo que existe, pero se queda por ahí danzando entre amigo, lo especial y el cariño, rebotando de una en otra y creándose su pequeño huequecito. Mientras tanto, mientras sabes que se está formando algo que no tiene descripción, recuerdas una y otra vez que os dormisteis acurrucados cada uno hacia su lado y que os despertasteis acurrucados el uno en el otro.
martes, 13 de noviembre de 2012
Llegar a la cama y joder, qué guarrada sin ti.
Llegar a casa, meterte en la cama y darte cuenta que te mueres por verlo despertar una mañana más a tu lado. Por despertarte muerta de frío en medio de la noche y que él extienda sus brazos y rodee tu cintura y saber que nunca más volverás a sentir el frío de otras noches, porque sabes que el frío es menos frío si te pilla con él. Por decirle un simple "Buenos Días" y que el te sonría y acto seguido te abrace y te llene de caricias. Por seguir despiertos toda la mañana y no moveros de la cama. Por quedarte junto a él hasta las cuatro de la tarde viendo una película, pero donde la película es lo de menos, y lo más importante es estar ahí, con él, girarte y besarlo, mirarlo y empezar a temblar y que sólo él sepa como hacerte parar. Por llenar la mañana, la tarde, la noche y tu cama de sonrisas, porque te haga sonreír solo con que el esboce una sonrisa sincera sin ton ni son. Por tenerlo simplemente a él otro día más en tu vida, por estar entre sus brazos y pedir que el tiempo se pare ahí, que no se mueva. Porque todos los días sean ese jueves por la noche y ese viernes por la mañana, porque todos sean así. Porque simplemente te mueres por él, y lo peor de todo, es que sabes que no volverá a ser nunca más ese jueves ni ese viernes, nunca.
jueves, 8 de noviembre de 2012
El Chico de la Sonrisa.
Hace exactamente una semana no eras más que un desconocido para mí, y en menos de 24 horas te convertiste en alguien especial. No sé que es lo que tienes, si fue tu forma de dormir abrazado a mi, o los besos que me dabas en la frente, quizá tu manera de apartarme el pelo de la cara o puede que tu manera de mirarme como hace mucho tiempo no lo hacía nadie. La verdad no lo sé, y no sé tampoco si quiero saberlo. Una semana después volvemos a ser como dos desconocidos que no cruzan entre ellos ni media palabra. Hace una semana prometíamos volver a vernos pronto, prometíamos intentar que esto saliese hacia delante sin importar los pros o los contras de lo que pudiese salir. Arriesgar, ganar o perder es lo que nos jugábamos, y al final, perdimos la partida. No del todo la verdad, la perdí únicamente yo, aposté y perdí. Son las reglas del juego. Espero que seas feliz S.
lunes, 5 de noviembre de 2012
S.
Nunca entenderé como alguien puede hacerte sentir tan especial, ver que tú también lo eres y que de la noche a la mañana todo cambie. Enamorarte de todas y cada una de sus sonrisas, no poder parar de mirarlas y ver que eso se ha esfumado, que ha durado menos que un caramelo a la puerta de un colegio. Ver como todo se escapa delante de tus manos y que no puedes hacer absolutamente por apresarlo, por traerlo de nuevo hacia ti y quedártelo aunque sólo sea un rato más, para así poder despedirte o acostumbrarte sin que sea de manera brusca a no volver a tener esa sonrisa a tan solo unos milímetros de ti. Supongo que es porque soy de las pocas que aún cree en los flechazos y de las pocas que sigue pensando que el amor existe. Y la verdad, son cosas en las que me gustaría dejar de creer, por mi bien, por no seguir haciéndome daño cada dos por tres. Para no seguir cayendo, porque creo que he atravesado el subsuelo algo así como cinco millones de veces, y eso, estoy segura que es algo a lo que nadie se acostumbra.
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